miércoles, febrero 19, 2014

Confesiones de Madrugada

De un tiempo hasta el momento, nos hemos puestos más viejos. El tiempo corre y nuestros cuerpos ya cansados, pierden el ritmo.
El sudor va recorriendo el largo de nuestros cuerpos helados. Los músculos se tensan y la gota agarra velocidad y peso y avanza en gravedad cero.
Me acuerdo de haberme quedado quieto, en la oscuridad del pasillo. Tu mirada perdida, en la nada.
Vacío. 
Contemplo tu mirada a lo lejos, como un cazador, con miedo y por dentro rompo el llanto tratando de comprenderte antes de matarte.
Trato de hacerlo.
Te juro que sí.
Tal vez mi alma perdida en la inmensidad, en la nada. Pudiera encontrarte en tu nada.
¿Qué tan difícil puede ser, si estamos los solos? - me dices con la voz quebrada y aguda.
Contigo se hace eterno.
Silencio.
La piedra cae y descanso los primeros minutos en el agua. Hundido, mas que andado.
Amor.
Ya es tarde y hace frío. Me pides un cigarro y lo enciendes. Se ilumina tu cara, ya vacío de vicios.
En penumbra.
Blanco.
Negro.
Adios.

4 comentarios:

Dinsmoor dijo...

ME ENCANTA. Qué bueno volver por acá, Tonchi.
Te dejo un beso grande.

Tonchi dijo...

gracias, por volver :)

Anónimo dijo...

Me encanta cómo esta cerrado el texto.

Tonchi dijo...

gracias jordim ;)